Generosidad
Generosidad es un libro que te brinda una nueva visión sobre la prosperidad, porque te ayuda a darte cuenta de que atraes lo que crees que mereces.
Saber que pensamientos bloquean tu acceso a la prosperidad, es el primer paso para comenzar a cambiarlos y aquí es donde “Generosidad” te facilita los medios para comenzar a usar tus pensamientos en vez de que los pensamientos te usen a ti.
Ser generoso implica además de benevolencia, inteligencia, porque es una forma, una vía de cambiar tu realidad, de construir algo mejor.
Tú y yo sabemos que hay gente de éxito, que viven en la prosperidad y la abundancia y tú puedes ser uno de ellos si decides cambiar esos patrones que te condicionan.
Comprender las claves va a ayudarte a construir una realidad mejor, a abrirte a nueva vida orientada a la prosperidad, alejándote de las viejas creencias y rutinas de escasez, por otras de abundancia y merecimiento.
Cuando descubres que la realidad que vives y experimentas la has creado con tus pensamientos, accedes a un gran poder, porque sabes que puedes crear nuevas ideas y construir la realidad que sí quieres y mereces.
La única condición es que estés dispuesto a comprometerte con tus propia mejora personal, porque si tú no lo haces por ti, ¿quién lo va a hacer?
Generosidad
“Son tus nuevas ideas las que te van a permitir acceder a una vida generosa y satisfactoria, solo depende de tu sentido del merecimiento. Ser generoso y benevolente contigo mismo, es acceder a una vida de abundancia y bienestar”
Índice
Introducción
¿Qué es la generosidad?
Compartir
Los tres axiomas de la generosidad
Paso práctico 1º
Paso práctico 2º
Paso práctico 3º
Paso práctico 4º
Las 8 claves de la generosidad
¿Cómo atraer generosidad a tu vida?
1.ª La compasión
2.ª Fluidez y flexibilidad
3.ª Generosidad y sincronía
4.ª Inteligencia y sabiduría
5.ª Proactividad
6.ª Date un respiro
7.ª Ecología y honestidad
8.ª Gratitud
Completando
Glosario
Y una cosa más
Nota final
Introducción
¿Te has dado cuenta de que vivimos inmersos en la dualidad? Bueno-malo, tuyo-mío, ganar-perder.
Siempre hemos estado en ella, pero en estos tiempos de incertidumbre y transformación, la dualidad se ha acentuado en extremo.
En la actualidad, predominan las personas o sistemas individualistas, donde solo importa el bien individual, su propio beneficio, sin prestar atención a las consecuencias ni al impacto que genera a la comunidad que lo sustenta, lo que produce desequilibrios insostenibles.
Afortunadamente, también hay un resurgir de personas y sociedades que apuestan por el bien colectivo, que trascienden lo individual, porque han comprendido que forman parte de un todo, y ese todo es su entorno, el mundo que los rodea.
Cuando te centras en lo individual, no tienes en cuenta tu entorno ni las consecuencias de tus acciones a medio y largo plazo. Pero cuando eres consciente y estás involucrado en lo colectivo, sí tienes en cuenta las consecuencias de tus actos y el impacto que generas en tu medio.
Estar en lo colectivo no implica renunciar a tu individualidad, significa elevarla a un nivel superior y hacerla sostenible.
La individualidad primaria tiene un sesgo de egoísmo, basado en el paradigma antiguo de temor, escasez y competencia.
La individualidad sagrada o evolucionada surge del reconocimiento de tu verdadero Ser y de que formas parte de una unidad mayor.
Esta individualidad se sustenta en lo colectivo, porque nace a partir de un nuevo paradigma basado en la confianza en ti mismo, el ganar-ganar, compartir en vez de competir, respetar para ser respetado, amar para ser amado.
Estamos inmersos en el proceso de aprender a ser uno mismo desde la benevolencia, la generosidad y el amor, valores que requieren de una nueva actitud basada en una gran confianza interior en ti y tus capacidades.
Esta obra ha sido creada con el fin de facilitarte el acceso a tus recursos internos y asimilar las habilidades externas que creas necesarias desde tu «darte cuenta» y la facilidad, aprovechando la riqueza de tu vida y el entorno, conectándote con la benevolencia que hay en ti.
El propósito es facilitar tu darte cuenta, para que seas consciente de tu momento y que puedas elegir alinearte con este nuevo paradigma llamado generosidad que mora en tu interior.
¿Qué es la generosidad?
Es abrirte a compartir lo que tienes, tu experiencia y tu Ser.
¿Y cómo sucede?
Cuando te alineas con el universo y comienzas a comprender la realidad, fluyes con ella.
¿Y qué es fluir con la realidad?
Es sentirte libre, confiar en la vida, sentir que el universo cuida de ti.
Y esto, ¿en qué consiste?
En que decides confiar aceptando que todo está bien, experimentándolo en tu interior, como una sensación, un sentimiento de pertenecer, de formar parte de algo mayor. Significa que transitas el Camino Alto Benevolente.
Y, ¿qué se siente al saber que formas parte de algo mayor?
Recuerda esas situaciones en las que hiciste lo que considerabas que era correcto y cómo al hacer aquello que tú considerabas adecuado experimentaste una gran paz, sentiste que estabas en armonía contigo y con el ahora, aceptando lo que había sin condiciones.
A veces es un sentimiento efímero, pero siempre gratificante que te ayuda sentirte bien, y que con solo evocarlo te aporta esa paz que tanto valoras.
Y es en esos instantes cuando sucede algo mágico: tu mente se para y se abre tu corazón, proyectando este sentimiento a tu entorno, a esa persona o ser con la que lo compartes. Y se establece una sincronía, una conexión que intensifica la sensación en ti y te nutre, llenándote de alegría.
Ser generoso es estar en sintonía con la compasión, compartir sin esperar nada a cambio.
Vale, háblame de la compasión.
Es una forma de amar. Amas a tus seres queridos, a gente que conoces. A animales, como tus mascotas, con las cuales tienes una relación o ligazón sentimental.
También a plantas, como flores y árboles, con los cuales tienes una afinidad vibratoria, es decir, te sientes bien con ellos.
La compasión es amor desapegado hacia todo lo demás, aun cuando no existe ninguna relación sentimental. De ahí la importancia de su acción creadora de más generosidad.
Cuando una persona recibe una acción compasiva, de forma casi automática, cambia de frecuencia, pasando al agradecimiento, a querer compartir esa compasión y expandir la onda a su entorno.
Es como alguien sediento que de pronto recibe agua fresca y cristalina. Sencillamente, la bebe y se abre a compartirla con los otros sedientos, porque él ya sabe lo que es la sed.
Por eso las sociedades con menos recursos son más generosas y se muestran más abiertas a compartir que las opulentas, pues ellos sí saben lo que es la necesidad.
El desafío en las sociedades opulentas es ser compasivas, comprendiendo esas necesidades y mostrando su generosidad para paliarla. Esto ya está sucediendo tanto a nivel social como individual.
Hay un proceso de compasión en marcha que surge de la generosidad de quienes sí pueden porque han comprendido que estamos conectados, que, de alguna manera, somos una misma cosa. Este es el sentimiento compasivo que ya está cambiando el mundo y que puede cambiarte a ti mismo si así lo decides.
Compartir
Compartir es una gran bendición, porque parte del corazón.
Es darse cuenta de que tú y el otro estáis conectados, de que, de alguna manera, os influenciáis. Que no sois realidades aparte, sino que formáis parte de una misma realidad.
Por eso, compartir es una bendición para el que recibe y para el que da, porque fortalece ese vínculo invisible que nos une, sumando la generosidad del que da al agradecimiento del que recibe, generando un campo mayor que la suma de la energía de los dos. Esta es la energía del corazón que se ha activado.
Los tres niveles del compartir
No hay una forma mejor que otra, porque cuando compartes siempre lo haces desde donde estás en ese momento. Lo importante es que sea una acción realmente compasiva.
Nivel 1: Abrirte a compartir desde lo material es un gran paso.
Nivel 2: Cuando compartes tu experiencia, es un gran salto.
Nivel 3: Compartir desde tu ser es una bendición.
Los tres niveles del compartir son valiosos y todos forman parte de una misma cosa: tu generosidad.
Los tres axiomas de la generosidad
La generosidad es algo espontáneo, de pronto, ves a alguien y sientes compasión, ganas de ayudarle sin más, sencillamente porque te conmovió, despertó en ti ese sentimiento de pertenecer, de formar parte de…, y ayudas a esa persona.
La compasión es una actitud que surge del corazón. Al igual que la generosidad puede ser espontánea o resultado de una evolución interior, de un proceso de tomar contacto con realidad y aceptarla sin condiciones.
Si la generosidad forma parte de tu vida, el Campo será generoso contigo, proporcionándote todo aquello que puedas necesitar; porque al vibrar en esa frecuencia, atraes más de lo que estás emitiendo.
Para que esto suceda de forma generosa y compasiva, se han de cumplir los tres axiomas que mostramos a continuación:
1.er axioma: atraemos lo que ya tenemos, por eso lo tenemos.
2.º axioma: lo que tenemos no siempre es de nuestro agrado.
3.er axioma: si no te gusta lo que tienes, ¿cómo lo has atraído a tu vida?
Paso práctico 1º
El poder del darme cuenta
- Explora cuántas veces eres generoso contigo mismo a lo largo del día.
Si no lo estás siendo, has de comenzar a serlo conscientemente, usando tu inteligencia.
Ten en cuenta que la generosidad es una actitud, un estado del Ser, ¡no tiene nada que ver con la pasta!
¡Qué respiro!, ¿verdad? Así que encuentra esas opciones inteligentes y comienza.
Sugerencias:
- Ser amable
- Sonreír
- Cuidarte un poco más
- Escuchar a quien te habla
- Hablar con corrección
- Pensar en positivo
- Cuidar de tus seres queridos
- Cuidar de tu entorno para que haya armonía y equilibrio
- Ayudar a quien lo necesite
- Hacer favores
- Mantener la calma
Una vez que hayas comenzado, permanece muy atento a lo que sucede en tu interior:
Si te vienen excusas, es que te sientes a gusto donde ya estás, por tanto, felicidades, ya lo conseguiste, sigue así. Llega un momento en que te conformas con lo que tienes, dejas de intentar mejorar, y está bien siempre que atiendas tu momento aceptándolo plenamente, ya que es tu elección, hasta dónde quieres llegar. Si te vienen recursos, ideas, motivación, felicidades, es el primer paso para lograr lo que sí quieres, pero recuerda, ¡solo el primer paso!, después vienen muchos pasos más y los has de dar.
Para llegar a tu destino (la vida magnífica que te mereces) y no que el destino te llegue a ti (pollo sin cabeza), disfruta del proceso y goza del camino. Esto es ser generoso contigo mismo y con los que te rodean.
Resumen: Encuentra ese pensamiento nutritivo que te hace sentir bien y que confías lograr porque estás convencido de que te lo mereces y dale forma en tu vida cotidiana, para que pase a formar parte de tus rutinas saludables.
«“El universo opera a través de un intercambio dinámico… dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de energía en el universo. Y en nuestra voluntad de dar aquello que buscamos, mantenemos la abundancia del universo circulando en nuestra vida»

